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miércoles, 20 de octubre de 2021

Besos salados - Elena Castillo Castro (Vero)

Hola. Este relato lo leí en mi kindle en una tarde de este mes de octubre (2021). ¿Lo habéis leído? ¿Qué obras me recomendáis de Elena Castillo Castro?

 

Título: Besos salados (2015).

Autora: Elena Castillo Castro

Páginas: 10.
Género: Juvenil, desamor, amor, lgbt, heterosexual.


Cada verano Vero imaginaba que llegaba una ranchera familiar de la que salía un chico apuesto, alto y, a ser posible, con exótico acento extranjero. Por fin, aquel año sucedió algo que lo cambiaría todo para siempre.


1/10


A principios de 2020 descubrí a Elena Castillo Castro con Soundtrack: la banda sonora de nuestra vida, como me dejó con ganas de leer más libros de ella en este año y medio me he comprado Saltaré las olas y Besos salados

Tenía muchísimas ganas de leer Besos salados, por eso me encantó que Mayu sugiriera que lo leyéramos juntas, Mayu lo leyó por segunda vez conmigo. Me encanta compartir cosas con Mayu y ha sido divertido ver como las dos coincidíamos en que no nos gustaba lo que estábamos leyendo, ninguna comprendíamos a los personajes ni sus comportamientos, así que ha sido un alivio poder comentarlo con otra persona y no sentirnos tan "rara" al no gustarnos esta historia.

Entiendo  que la autora ha puesto su esfuerzo y ganas y me sabe mal que no me haya gustado, me sabe mal decirlo pero ha sido la peor historia y personajes que he encontrado en mucho tiempo. Es una historia que va de cliché en cliché. Es una historia que poco te puede dar por mucho que intentes buscar en ella.

Besos salados transcurre en un lugar tropical, con personajes españoles infantiles, en un verano de 2015 que se pasa volando (sólo tiene 10 páginas), siento que todo pasó demasiado rápido y que el verano acabó en un parpadeo.

No me gustó que Elena Castillo Castro da una visión de las mujeres que no comparto, ¿por qué nos pintan a las mujeres siempre tan superficiales? Las conversaciones entre los personajes son prejuiciosas, y estúpidas, incluso racistas hacia los franceses, me provocan rabia sus conversaciones, son tremendamente rídiculas.

La protagonista se llama como yo, Verónica, se me hacía raro eso, que pena que ella no me gustó. Tiene ideas extremas como que llevar falda es más importante que morir e incluso por un beso de Fabrice se arriesgaría a morir (¿no es eso demasiado patético?), es el personaje más cliché del mundo, tonta, simplona, ella sólo quiere que alguien le haga caso. 

Verónica cada verano espera que llegue un rico adolescente francés a la urbanización con el que cumplir su fantasía: acurrucados una noche a la luz de la luna en en la cala, la clase de fantasía que no se cumple y con la que nunca he fantaseado, me parece de ser una persona tan triste que lo único que la motive en la vida sea pensar ¡por favor, que aparezca un extranjero para alegrarme el verano! Y cuando aparece Fabrice y dice hola ella ya sueña con la boda y los hijos que tendrán, con mudarse a Francia y su acento de pajarillo, me parece tan agobiante ese pensamiento, vamos a ver, tras conocerlo quizás descubres que es un capullo, además, es sólo una cría.

No comprendo la obsesión de Vero hacia Fabrice sólo porque es francés, siempre pensando que él es el amor de su vida (todo esto en un contexto donde sólo son amigos) y que lo sería incluso si le hiciera daño, querer a alguien no puede ser a costa de hacerse daño, es peligroso su pensamiento. De verdad que la obsesión de ella por él me parece completamente agobiante. 

Los amigos de verano de toda la vida de Vero son Felipe de Albacete y Edu de Aranjuez, se la pasan yendo detrás de Vero y Fabrice todo el tiempo. Ellos se molestan con Vero porque desde que aparece Fabrice ella no quiere saber nada de ellos, yo como amiga de toda la vida también me habría enfadado si me hiciera eso. 

Edu y Vero son como dos críos. Edu está enamorado de Vero pero ni Mayu ni yo nos dimos cuenta y la protagonista Vero tampoco. Para Vero, tras rasparse manos y piernas, tener ganas de vomitar pero aún así esperar el beso de Fabrice, y ser rechazada por él porque ¡sorpresa, es gay (otro cliché que odié) y suspira por Edu, descubre gracias a él (y que ven a Edu espiándolos) que Edu está enamorado de ella, solo por eso se convierte en el gran amor de Vero, por eso el último día de verano comparten palomitas, desprecia los besos franceses (beso que intentó conseguir a toda costa y no pudo) y sueña con besos salados. A esta chica le vale cualquiera que le haga caso, sea quien sea mientras sea alguien, cambia de chico en cinco minutos por sus ganas de tener novio y casarse.

Normalmente, Mayu no olvida a los personajes que son gays pero esta vez era imposible saber que Fabrice lo era, ¿simplemente porque sonreía al ver a Edu y Felipe? Edu y Felipe fingian ser amigos de Fabrice mientras hablaban mal de él a sus espaldas, al final son ellos los gilipollas y Fabrice es una buena persona, que encima intenta juntar a Edu y Verónica y lleva a Verónica a su cala soñada aunque rechace besarla. 



Me sorprende que Elena Castillo Castro haya escrito este relato, pues me parece muy infantil, como si los personajes tuvieran 8 años. A pesar de ello, creo que todos los autores deben coger experiencia de alguna manera y aprender de todo lo que hacen, hasta poder llegar a encontrar su identidad en la literatura y formarse como escritores. Por ello, no quiero perder la esperanza con ella, creo que todos podemos tropezar en el camino hasta nuestros sueños.

Cosas tontas:

Edu dice que si amas a alguien debes compartir con él tus palomitas pues si compras palomitas individuales para cada uno ya no es amor, me parece una teoría absurda que no demuestra nada sobre lo que siente algo por ti, es un ejemplo de las muchas conversaciones o conclusiones tontas de los personajes.

Una expresión rara que encontré fué que Elena Castillo Castro comparó el acento francés con el trino de un pajarillo.

Vero.

2 comentarios:

  1. Hola, Vero! Qué lástima que no te haya gustado, a mí no me llama la atención, como ya le dije a Mayu, pero me alegro de que pudieran compartir esta lectura las dos, espero que para la próxima puedan compartir una que les encante.
    Saluditos!

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  2. ¡Hola Vero!

    Que bien que por fin coincidímos en el tiempo leyendo algo que estaba en tu Want to read. Sabes que a veces me resulta difícil resistirme (si tengo energía en el cerebro) decirte no porque me encanta compartir tus impresiones contigo y ver que sientes ante diversas obras o personajes. Me pareció bien volver a Besos salados porque así podría juzgar como adulta la pequeña vivencia de una niña que tiene mucho que aprender.

    No recordaba que la protagonista se llamaba como tú, Verónica, pero siempre que encuentro una protagonista con tu nombre me entran ganas de contártelo y pienso ¿que pensará Vero real de las Vero de papel? (yo sólo una vez encontré un ebook cuya protagonista se llamaba como yo pero me enteré que al final del libro moría y dice anda no)

    Sé que por una parte ninguna de las dos podemos comprender a esta chiquilla porque hemos crecido más deprisa o porque nos han enseñado a esa misma edad que podíamos aspirar a otras cosas, pero lo más triste es que como tú y yo hablamos esta chiquilla representa todas esas niñas que creen que deben crecer rápido (en un sentido romántico) y dar pasos de gigante cuando ni siquiera se han hecho a sí mismas las preguntas más importantes: ¿quién soy, que quiero de la vida?

    No es la primera vez que me doy cuenta de que este es un país que dice ser abierto, sin racismo y sin prejuicios, pero esa no es la realidad muchas veces y este relato en muy poco lo demuestra pues sus personajes dicen cosas muy tontas pero también muy crueles sobre Fabrice. Me gusta que tú no te quedes con lo simple de la historia, que sería a x le gusta x, y que también resaltes esos contextos racistas, ese retrato de las niñas materialistas... siempre he pensado que tienes un modo increíble de percibir y de reflexionar sobre las historias, de darte cuenta de cosas sobre las que otras personas tendrían una venda puesta.

    Siento admitir que ese momento de 2015, cuando leí Besos salados por primera vez, no me fijaba en los personajes lgbt. Me parece triste de mi parte pero es así, comencé a darle mucha más importancia a las vivencias de los personajes lgbt (a las personas siempre lo hice) en verano de 2015, con Addicted (dorama que amé) y me di cuenta de que en España la literatura lgbt no tenía visibilidad, muchas veces no porque las autoras que publicaban libros no tuvieran historias que contar sobre ellos sino porque no se lo permitían: muy triste T.T.

    Comer palomitas es algo que amo así que también me parece una teoría tonta, porque por esa regla, alguien soltero no podría comerlas, o enviaría señales equivocadas al compartirlas con amigos. Las palomitas se hicieron para ser comidas, simplemente eso ♡♡♡. Y si te das besos salados pues genial pero si no damos besos, ¡también genial! No toda historia tiene que acabar con una parejita formada, sobre todo si la chica nunca suspiró de amor por el chico, ¿cuántos días crees que estarán juntos Edu y Vero siendo este el último día del verano?

    Como dije, me encanta tu reseña, la naturalidad con la que te expresas, tu honestidad, lo bonito que te queda, como defiendes tus ideas, siempre aquello que consideras que es lo más justo y con valor.

    Algo que me encanta de ti es que tu amor por los escritores que te gustan nunca se agotan, siempre tienes ese aliento para ellos, me encanta como ves lo mejor de ellos y como les dedicas palabras preciosas y deseas volver a otra obra de Elena Castillo Castro que te estremezca, espero que lo logres porque tú tienes mucho corazón y ella mucho drama para darte, que es tu ingrediente favorito, jejeje.

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